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martes, enero 26, 2010

ALCACER , CRIMINALISTICA ---- LA ESPAÑA NEGRA

CRIMINALISTICA


Además del Instituto nacional de Toxicología, hubo otra institución que participó en la investigación pericial. Se trataba del Centro de Investigación y Criminalística de la Guardia Civil.

El primero de sus Informes lo remitió al Juzgado el 17 de febrero de 1993.

INFORME: 198/93

I.- MUESTRA ESTUDIADA

Sustancia color rojizo de la caseta refugio, etiquetada con número 19-B. (Se trataba de las raspaduras de la mancha encontrada en la pared de la planta baja de "La Romana")

II.- CUESTIONES PLANTEADAS

Naturaleza y contenido de las raspaduras de la muestra 19-B. Si la sustancia rojiza pudiera tratarse de sangre humana.

III.- RESPUESTA A LA CUESTIÓN

Se disuelve la totalidad de las raspaduras de la muestra 19-B en P.B.S., y sobre una alícuota del macerado resultante con restos sólidos blancos y oscuros, aplicamos un reactivo orientador para sangre (Adler). El resultado es fuerte y claramente positivo.

Paramos aquí el estudio para no agotar la sustancia problema, ya que este Laboratorio podría llegarse -a lo sumo- hasta grupo sanguíneo (sistema ABH). Se envía la muestra restante al Departamento de Madrid del Instituto Nacional de Toxicología, para analizar mediante técnicas de mayor poder discriminatorio y posterior cotejo con otras muestras biológicas allí obrantes, relacionadas con este mismo caso.

V.- CONCLUSIONES

A la vista de todo lo anteriormente expuesto, puede concluirse este trabajo en los términos siguientes:

- La muestra 19-B contiene muy probablemente sangre.

Inexplicablemente, "alguien" había decidido que las "raspaduras" fueran enviadas al Laboratorio de la Guardia Civil, en lugar de ser remitidas -como hubiera sido lógico- al Instituto Nacional de Toxicología. Con esto lo único que se consiguió es que cuando las muestras llegaron a Toxicología, ya no pudieron ser aprovechadas.

El segundo de los Informes realizado por el Centro de Investigación y Criminalísitica de la Guardia Civil, era de balística y llevaba fecha de 12 de marzo de 1993.

INFORME: 302/93

ELEMENTOS REMITIDOS.-

- En el escrito 110 de 4 de febrero de 1993

* UN PROYECTIL extraído a Antonia GÓMEZ RODRÍGUEZ (etiquetado con el número 1).

* UN PROYECTIL hallado entre las manos de Desirée HERNÁNDEZ (etiquetado con el número 2).

* UN CARTUCHO (sin percutir) marca GECO calibre 9 mm. corto, hallado en la fosa en la que se hallaban enterradas las tres niñas.

- Posteriormente, en escrito 125 de 10 de febrero de 1993 del Capitán de Policía Judicial de la 311ª Comandancia (Valencia) se remiten:

* DOS CARTUCHOS (sin percutir) que formaban parte de la pistola marca LLAMA calibre 9 mm. corto número 14.136, sustraída del domicilio de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía.

CUESTIONES PLANTEADAS.-

* Intentar establecer una relación de identidad entre los dos proyectiles remitidos.

* Comparar los dos "cartuchos" remitidos en escrito nº 125 con el hallado en el lugar en que fueron descubiertos los tres cadáveres.

* Cotejar dichos elementos con antecedentes delictivos.

II.- RESOLUCIÓN.-

2.1.- Estudio de los proyectiles.-

- Características generales.

Las características generales de los dos proyectiles remitido para análisis que para estudio denominaremos problemas P-1 y P-2 (fotografías 1 y 2) son semejantes a las de los proyectiles que monta la cartuchería 8,81 x 17 conocida comúnmente como 9 mm. corto.

- Características específicas.

La superficie de dichos proyectiles está rayada por SEIS campos y estrías, con sentido de giro helicoidal hacia la derecha, cuya angulación y dimensiones, son semejantes a las del ánima del cañón de algunas de las pistolas de las cuales se tiene información técnica en este Centro, de entre las que cabría destacar -de las de fabricación nacional- algunos modelos de la marca LLAMA y STAR.

2.2.- Estudio de los cartuchos.

Los tres cartuchos peritados (el recogido en el lugar de los hechos -fotografía número 3- y los dos remitidos en oficio posterior -fotografía nº 4-) pertenecen a munición del calibre 9 mm. corto.

Todos montan proyectil blindado, de cuproniquel, tipo ojival romo.

El culote de los mismos está troquelado:

* El hallado en la fosa donde se encontraron los cuerpos sin vida de las tres niñas, "cuádruple a 90º" con las siglas GECO, a las 12; a las 6 aparace el calibre, "9 mm. k" y en los espacios intermedios, dos figuras códigos de fabricación.

* Los dos cartuchos remitidos posteriormente para estudio están marcados "doble a 180º" con las iniciales de la firma fabricante GECO y el calibre 9 m/mk.

Es cartuchería fabricada en Alemania por Gustav Genschow & Company, Durlach.

2.3.- Cotejo de casquillos y proyectiles.

- Generalidades.

La identificación de un arma a través de los casquillos y proyectiles por ella disparados, está fundamentada en las lesiones que durante la acción de disparo, originan en el culote de los casquillos los mecanismos de percusión, extracción, expulsión y cabeza de cierre y el labrado interior del cañón en la superficie de los proyectiles. Del estudio de dichas lesiones se establecen dos clases de señales, unas que denominamos "familiares" mediante las cuales se identifica el tipo de arma que ha podido intervenir y otras de carácter particular y cuyas señales, "específicas" de cada arma, nos permiten establecer cuando dos o más casquillos o proyectiles han sido disparados o no por una misma arma en base a la similitud o disparidad de las características observadas, pudiendo por consiguiente establecer, si existe, una biunívoca relación de identidad entre los mismos o con antecedentes de hechos delictivos anteriores, siempre que el uso repetido y prolongado del arma, o manipulaciones efectuadas directamente sobre los citados mecanismos, no haya alterado sustancialmente la configuración microscópica de los mismos.

- Consideraciones.

Vemos pues que, generalmente, un cotejo identificativo se lleva a cabo bien entre cartuchos percutidos o entre proyectiles disparados.

En el caso de cartuchos sin percutir (como en el caso planteado), se podría establecer una relación de identidad cuando dichos cartuchos hubiesen sido introducidos en recámara y consiguientemente extraídos de la misma, si en la superficie lateral de los mismos se hubiesen originado señales suficientes en cantidad y calidad, producidas por los "labios" del cargador o por las irregularidades de la boca de carga al ser introducidos en la recámara; también en menor medida, pueden aparecer, en sus culotes señales de extracción e incluso de expulsión, si la maniobra de extraer el cartucho de la recámara (impulsar manualmente el cierre hacia atrás) fuese efectuada con la suficiente "violencia" como para dejar impresas las señales de dichos mecanismos.

- Ejecución.

Efectuado el estudio de muestras recibidas, en el microscopio de comparación, con material fotográfico especial incorporado se llegó al siguiente resultado:

- No se pudo establecer ninguna relación de identidad entre los dos proyectiles "problema" peritados (el extraído del cráneo de la niña Antonia GÓMEZ y el hallado entre las manos de Desirée HERNÁNDEZ) y los "dubitados" que procedentes de hechos delictivos anteriores, han sido estudiados hasta el momento en este Centro.

- No existen lesiones en la superficie de los dos cartuchos remitidos (de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía), que permitan llevar a cabo un estudio comparativo, con el cartucho "problema" recogido en la fosa donde se encontraban los cadáveres de las tres niñas.

- Los dos proyectiles "problema" estudiados, fueron disparados a través del ánima de un mismo cañón.

En las fotografías números 5, 6, 7, 8 y 9, puede constatarse la igualdad y continuidad de las lesiones cotejadas, en distintas zonas homólogas de ambos proyectiles comparados.

III.- CONCLUSIÓN.-

A la vista de todo lo anteriormente expuesto, puede finalizarse el presente informe en los términos siguientes:

- No se pudo establecer ninguna relación de identidad entre los dos proyectiles "problema" peritados (el extraído del cráneo de la niña Antonia GÓMEZ y el hallado entre las manos de Desirée HERNÁNDEZ) y los "dubitados" que procedentes de hechos delictivos anteriores, han sido estudiados hasta el momento en este Centro.

- En la superficie de los dos cartuchos remitidos (facilitados por un miembro del Cuerpo Nacional de Policía), no existen lesiones de carácter identificativo que permitan llevar a cabo un estudio comparativo, con el cartucho "problema" recogido en la fosa donde se encontraban los cadáveres de las tres niñas.

- Los dos proyectiles "problema" estudiados, fueron disparados a través del ánima de un mismo cañón, cuyas características técnicas son semejantes a las de los que montan gran número de armas, destacando entre las de fabricación nacional, algunos modelos de la marca LLAMA o STAR.

El trabajo de los expertos en balística de la Guardia Civil había sido excelente y había demostrado que el proyectil hallado en el cráneo de Toñi y el encontrado posteriormente en el sudario de Desirée, habían sido disparados por el mismo arma.

Sin embargo, no se podía saber si el cartucho encontrado enterrado en la fosa había salido del mismo arma, ni se podía comparar con los facilitados por un policía nacional al que habían robado su pistola.

El siguiente Informe realizado por los especialistas de la Benemérita, tenía fecha de 22 de abril de 1993 y era un estudio realizado sobre los guantes de colmenero, el hallado supuestamente en el interior de la fosa (supuestamente porque el juez no lo vio ni lo reseñó) y los encontrados en la caseta de Alborache.

INFORME: 453/93

I.- MATERIAL QUE SE REMITE

Dos guantes de apicultor, que a continuación reseñamos:

- UN GUANTE, hallado en la fosa, y etiquetado como muestra número 27.

- UN GUANTE, hallado en las inmediaciones del refugio de los presuntos autores, etiquetado como muestra 1-A.

Además nos remiten DOS guantes de apicultor, que no se encuentran reseñados en el escrito de petición, que encabeza el presente informe, hallados en la caseta de Alborache, etiquetados como muestras 2-A y 3-A.

II.- CUESTIONES QUE SE PLANTEAN

Si el guante etiquetado como muestra número 27, tiene la misma procedencia, y es la pareja, del etiquetado como 1-A.

III.- INTRODUCCIÓN

Al objeto de hacer comprensible las posibles deducciones a que se puede llegar en el estudio y comparación de los guantes remitidos, vamos hacer una descripción hipotética del proceso de fabricación de esta prenda de trabajo:

1º.- Partiendo de un mismo bloque de material, se cortan con el patrón correspondiente las distintas piezas de cada talla que se quiera confeccionar.

2º.- Se procede a unir las distintas piezas por medio de máquinas de coser. N este caso, y dado que las costuras no guardan una total simetría en sus pespuntes, así como en sus remates en punts concretos en cada uno de los guantes, deducimos que no existe una operación individualizada, sino que posiblemente intervienen diversas máquinas y diversas operadoras.

3º.- Debido a lo expuesto anteriormente, cabe incluso la posibilidad de que no se confeccionen en un mismo taller, sino que se den a realizar dichos trabajos a distintos talleres o en distintos puestos de trabajo, lo que explicaría que un momento determinado, conservando la misma idea de confección, pudieran emplearse hilos de distinto color, debido a la falta de uno de ellos en una parte del proceso de fabricación.

De todo ello deducimos, que los guantes no se confeccionan por parejas, sino que a cada persona se le puede mandar hacer un número de guantes correspondientes a una mano, aunque además se le pueda encomendar el mismo número de guantes de la mano contraria.

4º.- Como cualquier prenda textil, los guantes se confeccionan uniendo sus piezas por el revés.

IV.- RESOLUCIÓN

Para resolver las cuestiones que se nos plantean vamos a considerar en el presente informe los siguientes puntos:

1.- Estado de uso.

Tras un estudio superficial, en el guante nº 27 se aprecia la tierra adherida a su piel como consecuencia de haber permanecido enterrado durante algún tiempo. En el guante nº 27 y en el 1-A aparecen unas manchas de pintura, que han sido estudiadas por el Departamento de Análisis de este Centro. Por otra parte no se aprecian marcas o señales específicas del trabajo al cual han podido estar sometidos, debido posiblemente a su poco uso, presentando un buen estado de conservación, a excepción de lo antes dicho para el guante nº 27.

2.- Mano a que pertenecen.

Por la forma correcta en que pueden ser introducidos en ambas manos, los guantes número 27 y 1-A, corresponden a la mano izquierda y derecha, respectivamente.

3.- Estructura de los guantes: material e hilos empleados en su confección y número de piezas de las que constan.

Para la confección de los guantes objeto de estudio, se ha empleado en ambos un material muy similar, y posiblemente procedente de las mismas piezas. Presentan por el exterior la piel curtida y por el interior un forro, de distinta coloración en una de sus partes, pegado a la piel, formando ambos (piel y forro) una sola pieza. Cada guante se compone de cinco piezas, que se han obtenido a partir de un patrón.

El género del que están compuesto por su parte interna es de semejante composición y distinta coloración en una de sus piezas, sin embargo los hilos empleados para la unión de las piezas es de diferente color. Sus costuras no guardan una simetría en sus pespuntes y remates, lo que nos induce a pensar que su cosido ha sido posiblemente realizado en operaciones distintas.

4.- Relación entre ellos, a efectos de formar pareja.

Los guantes número 27 y 1-A, por el material empleado en su confección, así como por el número de piezas que los componen y las medidas de éstas, muy similares, podemos decir que son de una misma talla, y por el hecho de corresponder cada uno a una mano distinta, izquierda y derecha, respectivamente, son susceptibles de formar pareja.

V.- RESUMEN

A la vista de todo cuanto anteriormente se h expuesto, se concluye el presente trabajo en los siguientes términos:

- Los guantes número 27 y 1-A, por el material empleado en su confección, patrón y manufactura, han podido ser confeccionados en una misma empresa, y por sus similares medidas y al pertenecer uno a la mano izquierda y otro a la derecha, respectivamente, son susceptibles de formar pareja.

- Igualmente, los guantes 2-A y 3-A, por sus materiales, patrón y manufactura, han podido ser realizados por una misma empresa, y por sus similares medidas y pertenecer cada uno a una mano distinta, son susceptibles de formar pareja.

- Tanto los guantes número 27 y 1-A, como el 2-A y 3-A, por sus características anteriormente citadas han podido ser confeccionadas por una misma empresa, pero correspondiendo a tallas diferentes, por ser estos dos últimos de dimensiones mayores que los guantes problema.

Cuatro días después, el Centro de Investigación y Criminalística facilitaba al juez de Alcira un nuevo Informe, esta vez sobre varias cuestiones.

INFORME: 198/93 bis

I.- MUESTRAS RECIBIDAS

- Un pico etiquetado como muestra "6-A", hallado en un refugio utilizado por los presuntos autores (la caseta de Alborache).

- Tierra de la fosa donde se encontraron los cadáveres, etiquetada como muestra "2-F".

- Tierra de la fosa donde se encontraron los cadáveres, etiquetada como muestra "15-F".

- Bolsa conteniendo restos vegetales, y una cantidad muy escasa de tierra, rotulada como muestra número "22", procedente de los bajos del Opel Corsa, V-7757-BJ.

- Trozo de metal interior fosa, etiquetado 13-F.

- Un guante de apicultor hallado en la fosa y etiquetado como muestra número 27.

- Un guante de apicultor hallado en las inmediaciones del refugio de los presuntos autres etiquetado como muestra 1-A.

- Guante de apicultor etiquetado como 2-A "hallado en la caseta de Alborache", del que no se hace mención en el oficio peticionario.

- Guante de apicultor etiquetado como 3-A "hallado en la caseta de Alborache", del que no se hace mención en el oficio peticionario.

II.- CUESTIONES PLANTEADAS

1º.- Si la tierra de pico (muestra 6-A), presuntamente utilizado para cavar la fosa, corresponde a la tierra etiquetada como 2-F y 15-F, obtenida de la fosa de los cadáveres.

2º.- Si la tierra y sustancia contenida en la muestra número 22, obtenida de los bajos del vehículo Opel Corsa V-7757-BJ usado por los autores, es la misma que la hallada en la fosa (muestras 2-F y 15-F).

3º.- Si el trozo de metal de la muestra 13-F, encontrado en el interior de la fosa, puede ser de un proyectil de arma de fuego o bien su posible procedencia de la explosión de una pirotecnia.

4º.- Si el guante etiquetado como muestra número 27, hallado en la fosa, tiene la misma procedencia y es la pareja del etiquetado como 1-A, encontrado en las inmediaciones del refugio de Alborache usado por los autores del delito.

5º.- Estudio de las manchas al parecer de pintura de los guantes, muestras 27 y 1-A.

III.- ESTUDIO DE LAS TIERRAS

A).- CONSIDERACIONES PRELIMINARES DE LAS MUESTRAS

- La muestra 22 (tierra bajos del coche), presenta una cantidad de tierra tan escasa, que su estudio se hace extremadamente difícil, por lo que tras l observación con la lupa binocular, hemos pedido la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid para hacer un examen de la misma con difracción de rayos X.

- Las muestras 15-F y 2-F (tierra de la fosa) están húmedas, y la muestra 2-F además contiene moho.

- El pico muestra el aspecto oxidado, con el mango seco y medio suelto y la tierra se halla en el extremo más grueso del mismo, mientras que la parte más puntiaguda está limpia.

B).- ESTUDIO DE LA TIERRA

a).- Mediante una lupa estereomacroscópica observamos:

- La muestra 22 (tierra bajos del coche) presenta una flor de una planta compuesta y restos vegetales no identificados. La tierra presenta un tamaño de grano bastante fino y barro, así como algunos granos de cuarzo, y otros granos muy manchados.

- La muestra 15-F (tierra de la fosa) está muy granulada y húmeda. Presenta agregados poco compactos y de muy diferente tamaño, que una vez secos alcanzan gran compacidad. El aspecto que presenta la tierra es calizo con gran cantidad de mineral blanco que se raya fácilmente. También presenta restos de madera de colores rojizos o negros.

- En la muestra 2-F (tierra de la fosa) hallamos dos trozos de un material azul, aparentemente pintura. Asimismo cinco cabellos que se remiten al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid para su estudio. Se aprecia la presencia de moho. En cuanto a los restos vegetales, no resultan identificables. La tierra en sí misma, resulta similar a la muestra 15-F.

- En la tierra extraída del pico, que está muy seca, hay restos de paja y los granos de tierra son muy finos que se unen formando barro. Se aprecia la presencia de material oxidado.

b).- Efectuado el estudio preliminar con la lupa, procedemos a la observación de las muestras con un microscopio electrónico de barrido Philips-501, dotado de analizador por energía dispersiva Edax 9900.

c).- Una vez concluido el estudio con el microscopio electrónico, creemos conveniente realizar el análisis mineralógico de las arenas comprendida en las distintas muestras, con un microscopio petrográfico.

IV.- ESTUDIO DEL TROZO DE METAL

El fragmento metálico está oxidado y muy sucio. Su forma no se asemeja a la de un proyectil por arma de fuego.

Para conocer su composición empleamos el microscopio electrónico de barrido. Tras el microanálisis correspondiente comprobamos que se trata de una pieza de hierro, lo que viene a reafirmarnos en la idea de que no se trataba de alguna parte de proyectil de arma de fuego.

Para conocer si su procedencia fuera la de una explosión de una pirotecnia, habría que descubrir algún posible resto habitual en estos tipos de artefactos, que no hallamos.

En definitiva, ignoramos a qué objeto puede pertenecer el pequeño trozo de hierro.

V.- ESTUDIO DE LAS PINTURAS

El guante que aparece etiquetado como muestra número 27 (hallado en la fosa) se halla externamente recubierto de polvo en contraste con los otros tres, pertenece a la mano izquierda; presenta unas manchas aparentemente de pintura de color grisáceo distribuidas irregularmente por su parte anterior y también por el dorso; en su interior no se observan manchas de pinturas, sin embargo sí encontramos CUATRO pelos aparentemente humanos.

El guante etiquetado como muestra 1-A (hallado en caseta de Alborache) presenta externamente manchas de color grisáceo similares a las anteriores y de color negro. En aquellos puntos en los que las manchas se solapan, las de color negro se encuentran por debajo de las azules, es decir, que han sido depositadas con anterioridad a éstas. Estas manchas se localizan tanto por la parte anterior como por la posterior del guante.

En su interior no aparecen manchas de pintura, sin embargo también hallamos otros TRES pelos aparentemente humanos.

Los guantes etiquetados como muestras 2-A y 3-A (hallados en caseta de Alborache) se corresponden con las manos diestra y siniestra respectivamente. Las manchas que aparecen en menor cantidad son de color negro y grisáceo como las anteriores, en los puntos donde se solapan la de color negro es la que aparece por debajo. Internamente no se encuentran manchas ni pelos.

Por presentar el guante número 27 (hallado en la fosa) sólo manchas de color grisáceo, ceñimos nuestro estudio a las manchas de este color.

Por medio de un microscopio electrónico de barrido Philips 501 B dotado de un analizador por energía dispersiva Edax 9900, analizamos las muestras de las manchas de color grisáceo y obtenemos la coincidencia en los espectros de energías dispersivas.

Posteriormente, sometemos las pinturas al análisis de un microscopio espectrofotométrico en el intervalo de longitudes de onda de espectro visible (380 a 780 nanómetros).

El estudio que acabamos de describir, pone de manifiesto que las manchas de color grisáceo son de pintura de las mismas características, tanto de composición como de respuesta de color frente a una luz monocromática.

VI.- CONCLUSIONES

A la vista de todo lo anteriormente expuesto, puede concluirse este trabajo en los términos siguientes:

- La tierra y los restos vegetales del pico (muestra 6-A) presentan diferencias considerables respecto a las halladas en la fosa (muestras 2-F y 15-F).

- Los análisis efectuados en la muestra 2-F de la fosa y en la 22 (obtenida del coche) no nos permiten deducir que provengan de terrenos distintos.

- El trozo metálico (13-F) hallado en el interior de la fosa es de hierro.

- La pintura gris que aparece en todos los guantes tiene la misma composición y respuesta de color.

Las conclusiones de los expertos de la Guardia Civil, dejaban claro que la tierra hallada en el pico, no tenía nada que ver con la tierra de la fosa; que la pintura que manchaba el guante de colmenero hallado en el interior de la tumba y el encontrado en la caseta de Alborache era la misma; y que lo único que se podía afirmar del trozo de metal enterrado junto con los cadáveres, es que era de hierro.

En relación al cuarto de los problemas planteados, el conocer si la tierra encontrada en los bajos del Opel Corsa de Ricart era igual que la de la fosa, los técnicos no lo podían afirmar ni desmentir. Sin embargo, era una cuestión sin importancia, ya que el coche no podía llegar hasta donde se encontraba la fosa. Había que dejarlo a unos 150 metros de distancia. Y la tierra existente donde se aparcaba el coche y la de la fosa, eran muy diferentes.

Meses después, concretamente el 18 de noviembre de 1993, los expertos del Centro de Investigación y Criminalística, iban a remitir un nuevo Informe de Balísitica. Se trataba del estudio y cotejo del cartucho encontrado en la fosa, con 13 casquillos que pertenecían a un policía local de Benetúsuer, al que también habían robado su pistola

ELEMENTOS REMITIDOS.-

a).- UN cartucho calibre 9 mm. corto marca H.P.

b).- TRECE casquillos de cartuchería 9 mm. corto (8 marca GECO y los 5 restantes marca H.P.)

I.- CUESTIONES PLANTEADAS.

1ª.- Si el cartucho H.P. remitido es de las mismas características que el encontrado en la fosa donde aparecieron las niñas de Alcácer.

2ª.- Si los trece casquillos remitidos, fueron percutidos por la misma arma que los dos proyectiles recogidos en la autopsia practicada a las niñas.

3ª.- Si los mismos casquillos fueron percutidos, por el arma que supuestamente alojó en su recámara al cartucho recogido en la fosa en que fueron enterrados los cadáveres.

II.- RESOLUCIÓN.-

2.1.- CONTESTACIÓN A LA 1ª PREGUNTA.

2.1.1.- En cuanto a las características técnicas.

Tanto el cartucho remitido en esta ocasión, como el "problema" hallado en la fosa en que aparecieron los cadáveres de las niñas de Alcácer, pertenecen a cartuchería calibre 8,81 x 17, conocido comúnmente como 9 mm. corto.

Ambos cartuchos son de vaina de latón, cilíndrica con ranura que montan proyectiles tipo ojival romo, blindados de cuproniquel y núcleo de plomo antimonioso.

2.1.2.- Marcas.

El cartucho recogido en el asunto de Alcácer es de la marca GECO, fabricado en Alemania por Gustav Genschow. El remitido en esta ocasión, presenta su culote marcado con las siglas H.P., que corresponden a la firma austríaca Hirtenberger Patronenfrabrik.

2.1.3.- Consideraciones.

Esta munición, diseñada para ser utilizada fundamentalmente por pistolas semiautomáticas del calibre 9 mm. corto, es profusamente utilizada tanto por armas de fabricación nacional como extranjeras.

La cartuchería de este tipo y marcas, es normal encontrarla en España como dotación de las armas de este tipo.

2.2.- CONTESTACIÓN A LA 2ª PREGUNTA.

Al producirse el disparo, el casquillo recibe en su culote las señales del percutor; plano de cierre de la recámara; extractor y tope del expulsor. En las paredes laterales del casquillo pueden quedar reflejadas además señales longitudinales originadas por las paredes de recámara y labios del cargador.

El proyectil tiene contacto con una parte del arma, distintas a las anteriormente citadas: el ánima del cañón, a través de cuyo estriado se desliza y del que recibe las señales que presenta en su superficie.

Ello significa que, una vez que el proyectil se ha separado del casquillo como consecuencia del disparo, ninguno de los dos elementos recoge señales comunes que permitan relacionarlos entre sí.

2.3.- CONTESTACIÓN A LA 3ª PREGUNTA

2.3.1.- COTEJO DE CASQUILLOS

GENERALIDADES.-

La identificación de un arma a través de los casquillos por ella disparados, está fundamentada en las lesiones que durante la acción del disparo originan en el culote de los cartuchos los mecanismos de percusión, los de extracción y expulsión.

Del estudio de dichas lesiones se establecen dos clases de señales:

- Unas, que denominamos "familiares", mediante las cuales se puede deducir el tipo de arma que ha intervenido.

- Otras, de carácter "particular", específicas de cada arma en concreto que nos sirven para establecer si dos o más casquillos han sido percutidos o no, por una misma arma, en base a la similitud o disparidad de las características observadas, siempre que, el uso repetido y prolongado del arma, manipulaciones efectuadas en dichos mecanismos, u otras causas no impidan dicho estudio, bien por carencia de señales o alteración sustancial de las mismas.

CONSIDERACIONES.-

Ya apuntábamos en el informe 302/93 emitido sobre este mismo asunto, que en algunos casos podían efectuarse cotejos con cartuchos sin disparar, por las posibles lesiones de recámara, cargador e incluso de extracción y expulsión que la superficie del mismo puede presentar, si estuvo en contacto con dichos mecanismos.

EJECUCIÓN.-

Con el auxilio de un macroscopio de comparación con material fotográfico especial incorporado, se procedió a cotejar el cartucho sin disparar, recogido en la fosa donde se hallaban los cadáveres de las tres niñas, con las trece vainas remitidas para estudio. Tras dicho análisis comparativo, no pudo establecerse ninguna relación de identidad (ni positiva ni excluyente).

III.- CONCLUSIÓN.-

A la vista de todo lo anteriormente expuesto, puede finalizarse el presente informe en los términos siguientes:

* El cartucho calibre 9 mm. corto remitido, presenta unas características técnicas semejantes a las del que apareció en la fosa donde fueron encontrados los cuerpos sin vida de las niñas de Alcácer; valores comunes a la gran mayoría de la cartuchería de este calibre, diseñada para ser utilizada por gran número de pistolas semiautomáticas, tanto nacionales como de origen extranjero.

* Una vez que el proyectil se separa del casquillo como consecuencia del disparo, no presentan ninguno de los dos elementos, señales comunes que permitan relacionarlos entre sí.

* No se pudo establecer ninguna relación de identidad (ni positiva, ni excluyente) entre las trece vainas remitidas, y el cartucho recogido en el lugar en que aparecieron los tres cadáveres de las niñas de Alcácer.

Desgraciadamente, como en el anterior Informe de Balísitica y pese al excelente trabajo realizado por los especialistas de la Benemérita, no se pudo demostrar si la pistola robada al policía local de Benetúser, fue la empleada para disparar sobre las tres niñas.

El último de los Informes realizados por técnicos de la Guardia Civil hacía referencia al trozo de papel, que se encontró enterrado en la fosa, y llevaba fecha de 29 de marzo de 1994.

INFORME: 657/94

I.- PROBLEMA

Determinar, si es posible, las inscripciones que pudieran existir en la muestra de papel que se remite.

II.- MUESTRA REMITIDA

Restos de papel apelmazado y endurecido como consecuencia de haber sido lavado previamente introducido en una prenda de vestir, referencia 7-F.

III.- RESOLUCIÓN

Para poder comprobar si existían o no inscripciones en la muestra de papel remitida, primeramente se ha de humectar el papel durante una larga temporada, para darle elasticidad y poder de esa manera ir estirándolo poco a poco. Posteriormente hay que limpiar todo lo que lo cubría, hasta conseguir llegar a un total estiramiento.

En este estado, se examinó el documento en un medio óptico de aumento y lo único que pudo observarse fueron restos de inscripciones y recuadros de tinta negra, de las cuáles sólo se hace medio legible el número 67, así como también restos de tinta azul, que conforman el fondo, todo ello realizado en un taller de artes gráficas.

Por las características del papel y la longitud de la fibra, deducimos que se puede tratar de un papel tipo cartulina, usado comúnmente para billetaje, tal como billetes de autobús, discotecas, cines, etc., sin que se pueda precisar exactamente en estos momentos.

Sometido el documento a diferentes radiaciones dentro del campo U.V., BLUE-GREEN e I.R., con objeto de excitar luminiscencias e intentar ver señales de escritura realizada a mano, no ha dado resultado positivo, no evidenciándose señal alguna de existencia de texto manuscrito.

IV.- CONCLUSIONES

A la vista de todo lo anteriormente expuesto, puede finalizarse el presente Informe en los términos siguientes:

* Los restos de papel remitido, posiblemente correspondan a alguna clase de billetes, de los utilizados en autobuses, cines, discotecas, etc.

* No existen señales que evidencien la existencia de escrituras en la muestra remitida.

ALCACER , TOXICOLOGIA ---- LA ESPAÑA NEGRA

TOXICOLOGÍA


Las mediocres autopsias realizadas por los forenses de Valencia y las contradictorias "confesiones" de Miguel Ricart, habían convertido el triple crimen de Alcácer en un misterioso suceso lleno de puntos oscuros.

Por ello, los informes del Instituto Nacional de Toxicología, el organismo al que se habían enviado para analizar algunas partes de los cuerpos y la mayoría de las muestras encontradas,

Sin embargo, estos estudios había nacido "manipulados", merced a un oficio, firmado por el juez Bort, que acompañaba siempre a las muestras que se enviaban a analizar y que decía:

En virtud del procedimiento SUMARIO NÚMERO 1/93, por delitos de ASESINATOS y otros, dirijo a V.I. el presente al objeto de ORDENARLE se proceda AL ANÁLISIS de las sustancias que se remiten junto con el presente oficio, Y CONCRETÁNDOSE A LAS PRUEBAS INTERESADAS POR LA GUARDIA CIVIL.

Esto quería decir que, por ejemplo, (como ocurrió realmente) si la Guardia Civil enviaba a analizar un trozo de metal encontrado en la fosa y únicamente solicitaba que averiguara si se trataba de "restos humanos", el Instituto estaba en la obligación de contestar que no, pero no podía estudiarlo para averiguar de qué se trataba, ya que se tenía que "concretar a las pruebas interesadas por la Guardia Civil".

Con fecha de 4 de marzo de 1993, el Instituto Nacional de Toxicología remitió al Juzgado de Alcira los primeros resultados de los estudios realizados.

Se trataba, en primer lugar del "estudio criminalístico de los orificios de disparo".

En ninguno de los tres orificios de entrada se observa ahumamiento ni partículas de negro de humo alguna. Tampoco hemos detectado concentraciones metálicas que nos hagan suponer que el disparo fue realizado a cañón tocante o a muy corta distancia. La práctica ausencia de fracturas craneanas parece en principio otro indicio de que la distancia del disparo no fue muy corta, sin embargo ésto no siempre es así, aunque sí lo más habitual.

CONCLUSIONES:

1ª) El cráneo del cadáver nº 1 presenta un orificio de entrada en fosa temporal izquierda (sien izquierda) y un orificio de salida en el techo de la órbita derecha.

El disparo que dio lugar a dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 1 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia. No hay posibilidad de conocer la distancia del disparo.

2ª) El cráneo del cadáver nº 2 presenta un orificio de entrada en línea media del occipital por encima del plano nucal y un orificio de salida en el borde interno de la órbita izquierda.

El disparo que dio lugar a dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 2 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia, sin poder conocer a qué distancia se realizó.

3ª) El cráneo del cadáver nº 3 presenta un orificio de entrada en región occipital izquierda y un orificio de salida en región frontal derecha.

El disparo que originó dichos orificios en el cráneo del cadáver nº 3 no fue realizado a cañón tocante ni a muy corta distancia. No podemos conocer la distancia existente entre la boca del arma y el blanco en el momento del disparo.

Resultaba tremendamente llamativo que los especialistas del Instituto Nacional de Toxicología afirmaran que el cráneo del cadáver nº 1 tenía "orificio de salida", cuando la bala fue encontrada por los forenses incrustada en el interior del cráneo.

El siguiente de los análisis se refería a: "Búsqueda de fragmentos adheridos o incrustados y determinación de sus componentes" y "Mecanismo de avulsión de la areola en la región periareolar de la mama derecha del cadáver nº 2".

Se trataba de comprobar si en alguna de las heridas o en las uñas, los técnicos podían encontrar alguna pista del asesino o asesinos, o restos de algún material que pudiera conducir a averiguar el sitio donde las niñas habían sufrido las brutales torturas.

Análisis realizado:

Procedemos al estudio de las muestras bajo el microscopio estereoscópico a fin de buscar indicios tales como fibras, pelos, etc.

CONCLUSIONES:

Cadáver nº 1:

- La cara posterior del codo izquierdo presenta una herida abierta. se encontraron dos pelos de origen sexual, así como restos pertenecientes a los dípteros de la fauna cadavérica. No hemos encontrado restos de fibras o de tierra.

- El dorso de la mano derecha presenta restos de fauna cadavérica, pero ningún otro indicio de interés.

- La mano izquierda aparece atada con una venda. A excepción del dedo medio, el resto carece de uñas. La uña del dedo medio no muestra fibras o pelos adheridos, ni tampoco signos de defensa.

La mano derecha carece de cara palmar. Solo conserva la uña del dedo índice, cuyo extremo aparece limpio, sin mostrar arañazos ni roturas manifiestas.

Cadáver nº 2:

- La mano derecha está bien conservada. Presenta un resto de pelo de origen sexual que se separa para su posterior estudio. Las uñas son excesivamente cortas y carecen de borde libre, lo que impide extraer algún material. No presentan roturas ni enganches.

- La rodilla presenta siete heridas inciso-punzantes paralelas entre sí y otras distribuidas aleatoriamente. Sobre su superficie hay abundantes restos de fauna cadavérica pero ningún otro indicio de interés.

- La morfología de los bordes de la herida de la región periareolar de la mama derecha sugiere que ésta fue producida por un instrumento no cortante y por un mecanismo inciso-contuso con arrancamiento.

Cadáver nº 3:

- La rodilla izquierda presenta una herida inciso-punzante de grandes dimensiones y abundante fauna cadavérica, pero ningún otro indicio de interés.

- A excepción del dedo índice en el que la uña es distinguible, las restantes están ausentes. Tanto la superficie como el borde la uña no muestran roturas aparentes.

Lo más significativo del anterior Informe, era que los peritos del Instituto Nacional de Toxicología habían encontrado "restos de dípteros de la fauna cadavérica", lo cual, sin ningún género de dudas, demostraba que los cadáveres habían estado a la intemperie durante cierto tiempo. Inexplicablemente, no se realizó estudio alguno sobre esta fauna, ni sobre las larvas encontradas, detalles de tanta importancia que llevaron a manifestar al profesor Frontela (al que nunca habían dejado ver esta fauna cadavérica) que "casi con toda seguridad los cadáveres de las niñas habrían estado en dos sitios distintos".

Además, resultaba sorprendente que la practica totalidad de las uñas de las tres niñas, hubieran desaparecido. Algo que no tenía explicación, ya que las uñas, junto con los dientes son las partes del cuerpo humano que más tardan en descomponerse, y si se hubieran caído por efecto de la putrefacción, tendrían que haberlas encontrado en la fosa los miembros de la UCO, en el minucioso cribado que hicieron durante casi cinco días.

También parecía claro que las violaciones no se habían producido sobre el suelo de la caseta de "La Romana", porque en las heridas de los codos y las rodillas no había ni un solo grano de tierra ni de ningún otro material, y el suelo de la buhardilla estaba lleno de arena y porquería.

Y un último detalle: los peritos del Instituto habían visto lesiones que los forenses no habían reseñado en su informe, como que el cadáver número 3 tenía una "herida inciso-punzante de grandes dimensiones" en la rodilla izquierda, y el número dos "siete heridas inciso-punzantes paralelas entre sí", igualmente en la rodilla izquierda. ¿Cómo podía habérseles olvidado a los forenses?

El tercero de los informes correspondía a los estudios histopatológicos de los restos enviados, al objeto de comprobar si determinadas lesiones habían sido causadas en vida o no de la víctima.

Los resultados, en lo que hacía referencia a los cadáveres 1 y 2 eran claros: las lesiones que se apreciaban en las muestras remitidas habían sido todas causadas en vida de las víctimas.

Sin embargo, las lesiones que presentaba el cadáver número 3 en la zona genital, habían sido provocadas después de la muerte.

Resultados cadáver 3:

- Paquete visceral perineal (recto y vagina) que incluye orificios anal y vaginal:

Se examina detenidamente para localizar y reconocer las lesiones descritas macroscópicamente en la información recibida.

a) Se refieren "desgarros vaginales sin signos de reacción ni hemorragia". En la pared de la vagina se observan dos grandes zonas "lesionales" o soluciones de continuidad de bordes irregulares a ambos lados de la pared vaginal, de unas dimensiones totales aproximadas de 4,5 cm. de diámetro en el lado izquierdo de la muestra y unos 4 x 5 cm. en el lado derecho. Se comprueba la ausencia de fibrina o hemorragias. Metacromasia negativa.

b) "Erosiones en labios mayores de 0,5 cm.". Sobre la muestra no se reconocen lesiones ostensibles en el labio mayor izquierdo; en labio derecho hay desprendimiento epidérmico y zonas de depresión. En la piel adyacente hay una zona oscura de unos 5 x 1,5 cm. Metacromasia negativa.

c) "Erosiones de 0,3 cm. en ambos márgenes anales". Se reconocen sobre la muestra, no presentan coloración oscura ni restos de fibrina ni sangre. Metacromasia negativa.

d) "Hematoma perianal". En la piel de la región perianal derecha se observan manchas oscuras lineales pero poco definidas de unos 5 cm. de longitud. Sin metacromasia en fibras conectivas.

Los peritos del Instituto Nacional de Toxicología no tenían ninguna duda (dado que la metacromasia era negativa) que con el cadáver número 3 se habían cometido actos de necrofilia. Es decir, alguien había violado vaginal y analmente a la víctima número 3, cuando ya había muerto.

Cinco días después, el 9 de marzo de 1.993, el Instituto remitió al juez el segundo de sus Informes.

Se trataba de los estudios antropológicos de los cráneos y sobre los huesos que habían encontrado los miembros de la UCO durante el cribado de la tierra de la fosa.

"En los tres casos las características morfológicas son propias e inequívocas del sexo femenino y de la raza blanca.

El tamaño y desarrollo de los cráneos evidencian un crecimiento próximo a su conclusión. Sabemos que no se trata de mujeres adultas. Nos permite afirmar que se trataba de adolescentes, de más de doce años y menos de dieciocho.

Estudio estomatológico del cráneo nº 1:

No hemos encontrado signos traumáticos recientes ni en las piezas dentarias ni alveolos, de modo que las piezas que faltan se han perdido post-mortem, como consecuencia de la putrefacción. Estas piezas fueron: 11, 15 y 21

Una de la primeras cosas que llama nuestra atención, es la pigmentación anómala de los dientes, color grosella. Esta no proviene de los tejidos dentarios pero tampoco es de origen exógeno. Tanto en nuestra experiencia como en la de otros antropólogos forenses, esta pigmentación la hemos encontrado en los casos de muertes por asfixia de cualquier origen (ahogados, intoxicaciones por monóxido de carbono, sobredosis de heroína, etc.). Tanto el color como la distribución, son distintos de las hemorragias intrapulpares producidas por contusiones.

La conclusión a la que llegaban los especialistas del Instituto era que la víctima nº 1 presentaba una coloración en los dientes típica de una muerte por asfixia.

Pero aun iban a reseñar otro extraño detalle más:

"Al limpiar la muestra, aparecieron dos piedras de aristas marcadas de 11 y 12 mm, una impactada en la zona posterior de la fosa nasal izquierda, y otra en coanas. No encontramos otras piedras de mayor o menor calibre, ni tan siquiera tierra, ni en el magma de las fosas nasales que recubría a las anteriores, ni en cuencas orbitarias, por lo que es difícil explicar cómo llegaron allí, ya que son demasiado grandes como para haber atravesado la apertura piriforme y la zona media de las fosas nasales sin romper los cornetes".

¿Cómo podía explicarse que hubiera dos piedras dentro del cráneo? Dos piedras que "era difícil explicar cómo llegaron allí", ya que no cabían por los agujeros de la nariz y tampoco por el producido por la bala. Además, increíblemente, los forenses no las habían visto y eso que limpiaron el cráneo a conciencia, ya que los peritos del Instituto no encontraron ni un grano de tierra. ¿Cómo podía ser posible que no hubieran visto dos piedras, una de color rojo y otra de color negro, del tamaño de una canica?

Estudio del sistema estomatológico del cráneo nº 2:

No encontramos signos traumáticos ni en las piezas dentarias ni alveolos, de modo que las piezas que faltan (11, 12, 13, 21, 22 y 41) se han perdido postmortem, como consecuencia de la putrefacción. Algunas piezas, aunque no están fracturadas muestran signos contusivos.

Según el informe de los forenses, al cadáver nº 2 únicamente le faltaban dos dientes, "los dos incisivos mediales". ¿Cómo era posible que según los peritos de Toxicología faltaran seis? ¿Qué había ocurrido con los otros cuatro?

Estudio del sistema estomatológico del cráneo nº 3:

En esta ocasión, sí encontramos signos traumáticos en las paredes externas de los alveolos de las siguientes piezas: 11, 12, 13 y 21. Son pequeñas fracturas, a veces microscópicas, que no interesan a la totalidad de la pared externa, producidos por una presión excesiva sobre las coronas de estos dientes, en sentido transversal (quizá un fuerte golpe). Es poco probable que esto diera lugar a una avulsión de las piezas, salvo quizá la 21 que muestra una fractura con pérdida de sustancia considerable. Por lo tanto, opinamos que las piezas perdidas post-mortem fueron: la 11, 12, 13, 14, 15, 17, 22, 23, 24, 27, 31, 34 y 41. Es posible que la 21 se perdiera antes de la muerte.

En este caso, los peritos consideraban que "probablemente" una de las piezas dentarias le hubiera sido arrancada en vida.

Pero, había un problema al que los científicos del Instituto Nacional de Toxicología no podían dar respuesta.

Según sus informes, al cadáver nº 1 se le habían caído "post-mortem (después de muerto) por efecto de la putrefacción" tres piezas dentarias; al cadáver nº 2, seis; y al cadáver nº 3, catorce. En total, a las niñas les faltaban 23 dientes y muelas, que tendrían que haber sido encontrados en la fosa, durante el cuidadoso cribado que se hizo durante casi cinco días y en el que se encontraron hasta pelos y fibras. Sin embargo, en la fosa no había ni un solo diente. ¿Dónde estaban? ¿Qué había ocurrido con esas 23 piezas dentarias?

Además, los científicos del Toxicológico ponían de manifiesto un gravísimo error cometido por los forenses.

Según consta en el informe de los médicos valencianos, refiriéndose al cadáver nº 1:

Los hallazgos necrópsicos permiten inferir con ABSOLUTA CERTEZA la existencia de una lesión cerebral causante de la muerte, derivada de una herida por arma de fuego.

El motivo del fallecimiento es CON TODA SEGURIDAD la destrucción de centros vitaales encefálicos producida a consecuencia de un disparo por arma de fuego.

Pues bien, el equipo que dirigía el profesor Verdú, pese a su "absoluta certeza" y "total seguridad", se había equivocado.

Según los especialistas del Instituto Nacional de Toxicología:

En el cráneo nº 1, el diploe correspondiente al orificio de entrada, no muestra signos de reacción vital (hemorragia) cuando es observado macroscópicamente, ni bajo microscopio estereoscópico a cincuenta aumentos. Con el fin de comprobar este extremo, la muestra es observada bajo SEM (microscopio electrónico de barrido), corroborándose la ausencia de hemorragia.

Sin ninguna duda, la víctima nº 1 estaba ya muerta cuando le dispararon en la cabeza.

Las otras dos víctimas, en cambio, si estaban vivas cuando recibieron el disparo en la cabeza.

En los cráneos núms. 2 y 3, el diploe correspondiente a los orificios de entrada, sí muestran signos de reacción vital (hemorragia) tanto macroscópicamente como bajo microscopio estereoscópico y SEM.

Finalmente, pasamos a cotejar los datos de identificación de las supuestas víctimas, con los extraídos del estudio, así como a realizar la superposición fotográfica entre cráneos y fotografías indubitadas, con el fin de comprobar si la forma y proporciones faciales coinciden.

CONCLUSIONES:

Los cadáveres corresponden a ANTONIA GÓMEZ, DESIRÉE HERNÁNDEZ y MIRIAM GARCÍA

En cuanto a los fragmentos indeterminados enviados en un segundo momento, (los huesos aparecidos posteriormente en el interior de la fosa) están constituidos por:

- Una segunda vértebra cervical (axis) cuyo tamaño, proporciones y grado de madurez, corresponden con una mujer de menos de 21 años. La forma y proporciones de su agujero cervical, son compatibles con las del orificio magno del cráneo 2.

- Una tercera vértebra cervical, cuyo tamaño, proporciones y grado de madurez, corresponden a una mujer menor de 21 años. La forma y proporciones de su agujero cervical, parecen coincidir con los del Orificio Magno del cráneo 3. No es articulable con el axis.

- Una epífisis distal del radio derecho de un individuo de menos de 16 años de edad, cuya forma y tamaño es compatible con el sexo femenino.

- Una primera falange metacarpiana, correspondiente a un joven del sexo femenino.

- Una segunda falange metacarpiana, que se articula con la anterior (pertenecen al mismo dedo).

- Dos piedras.

El informe acerca de estas muestras iba a ser tremendamente polémico.

En primer lugar, los peritos de Toxicología consideraban que las vértebras encontradas en la fosa por miembros de la Guardia Civil, en días posteriores al levantamiento de los cadáveres, se correspondían con una segunda vértebra cervical (axis) y una tercera. Además, según sus estudios, el axis pertenecería al cadáver nº 2 y la tercera vértebra cervical pertenecería al cadáver nº 3.

Pues bien, según se comprobó en las radiografías que el profesor Frontela realizó de los cuerpos, (ya que los forenses valencianos no las hicieron al realizar su autopsia), los cadáveres nº 2 y 3 tenían todas las vértebras cervicales. Es más, según el juez, el cadáver nº 3 había sido sacado de la fosa completo, con la cabeza unida al tronco, por lo que resultaba imposible que a este cuerpo le pudiera faltar una vértebra cervical.

Por lo tanto, las dos vértebras cervicales halladas en la fosa, únicamente podían pertenecer al cadáver nº 1. Sin embargo, esto también era imposible, dado que según los científicos del Instituto Nacional de Toxicología, la tercera vértebra "no es articulable con el axis", que es la segunda. Es decir, que cada una de las vértebras, obligatoriamente, tenían que pertenecer a cuerpos distintos. Pero, ¿a cuáles?

Estaba claro que, al menos una de las vértebras, no pertenecía a ninguna de las tres niñas pero, inexplicablemente, los jueces se han negado a que se haga el análisis de ADN de estos huesos, para saber, con total seguridad a quién pertenecen.

Otro de los grandes misterios iba a ser la aparición en la fosa de "una epífisis distal de radio derecho", ese hueso saliente que tenemos en la muñeca.

Según demuestran las radiografías realizadas por el profesor Frontela, los cadáveres de las tres niñas tenían la epífisis distal del radio derecho. Luego, sin ninguna duda, la epífisis que apareció enterrada en la fosa tenía que pertenecer a otro cadáver.

Además, había un detalle respecto a esta epífisis distal, que los peritos del Instituto no habían reseñado en su informe, pero que si declararon ante el juez, y era que la epífisis había sido cortada con un serrucho. Esto es lo que respondía el perito, cuando le preguntaron porqué pensaba que le habían enviado una epífisis cortada:

"Habría que preguntárselo al forense si lo quiso cortar o no lo quiso cortar. Evidentemente si está cortado será que quería cortarlo. Me imagino que o lo cortó pensando empezar por ahí para calcular la edad y a lo mejor luego consideró que no hacía falta, yo no sé porqué lo mandó".

El perito pensaba que el hueso había sido remitido por los forenses para analizarlo. Nunca pensó que había sido encontrado en la fosa, cortado con un serrucho. Lo que desde luego estaba clarísimo es que no la habían cortado los forenses:

Verdú: No. Nosotros no serramos ningún extremo de los antebrazos de las chicas porque en el examen que nosotros hacemos, el examen externo del cadáver no detectamos nada en absoluto y además que esté la epífisis o no esté la epífisis del radio en un momento dado si no hay ninguna lesión, ni ninguna lesión en la piel, no tiene ninguna importancia. El profesor Frontela dice que estaban todas. El hecho es que nosotros no nos fijamos porque no tiene ninguna importancia para la autopsia que estamos practicando.

¿A quién pertenecía esa epífisis distal? ¿A quién habían cortado una mano con un serrucho?

El tercero de los informes elaborados por el Instituto Nacional de Toxicología llegó al Juzgado de Alcira el 1 de abril de 1993.

Era uno de los más esperados porque, entre otros, estaban los estudios sobre presencia de esperma y de sangre en las diferentes muestras. Desgraciadamente, los resultados no iban a ser nada satisfactorios.

Se habían analizado:

- Todas las prendas que portaban los cadáveres, incluidas las prendas íntimas.

- Material obtenido del interior de las cavidades vaginales y rectales.

- La alfombra en la que aparecieron envueltos los cuerpos.

- Las muestras obtenidas del Opel Corsa: Tapizado sito debajo de la palanca del freno de mano. Balleta. Tapicería del asiento delantero derecho. Tapicería del asiento y respaldo posterior. Tapicería asiento posterior del vehículo. Alicates.

- Las muestras obtenidas en la planta superior de la caseta: Fibras de la funda del colchón tipo Flex. Sábana blanca recogida sobre el colchón de espuma. Trozo de madera. Cuerda de fibra sintética de color negro. Navaja.

- Las muestras obtenidas en la planta baja de la caseta: Raspaduras de la pared.

- Las muestras obtenidas en las proximidades de la caseta: Toalla.

- Las muestras obtenidas en el corral de ganado de Alborache: Una funda de colchón de color azul.

- Las muestras obtenidas del Seat Ronda: Un hacha.

- Las muestras obtenidas en el interior de la fosa: Dos cuerdas de fibra sintética de color negro.

Dos cuerdas de fibra sintética, de color negro, presentando lazo doble con nudo fijo. Piedra. Una cazadora de pana beige. Una camiseta blanca.

- Las muestras obtenidas en el chalet de Benaguacil: Una toalla con dibujos color rosa. Una toalla blanca. Una servilleta de papel. Un trozo de papel higiénico.

1. INVESTIGACIÓN DE ESPERMA

Se realiza un estudio macroscópico de las muestras remitidas y se observan diferentes mnchas que por sus características pudieran ser de esperma en la muestra nº 7 A (funda de colchón encontrado en Alborache). Se detecta fuerte actividad fosfatásica en diferentes zonas de la misma. Se visualizan espermatozoides en gran concentración en una de las manchas halladas en la funda del colchón.

En el resto de las muestras, si bien no se observan con claridad manchas de esperma, debido al mal estado de conservación (putrefacción, suciedad, humedad, restos de tierra, etc...) se investiga la presencia de restos de esperma mediante las siguientes pruebas: Fosfatasa ácida, Investigación de espermatozoides e Investigación de la Proteína P30.

Los resultados obtenidos solo permiten afirmar la presencia de esperma en la muestra nº 7 A (funda de colchón encontrada en la caseta de Alborache), siendo negativa en todas las demás muestras.

2. INVESTIGACIÓN DE SANGRE

Se realiza un estudio macroscópico de las muestras remitidas y se observan diferentes manchas que por sus características pudieran ser de sangre en la muestra Nº 7 A (funda colchón).

En el resto de las muestras, si bien no se observan con claridad manchas de sangre, debido al estado de putrefacción, suciedad, humedad, restos de tierra, etc., se investiga la presencia de restos de sangre humana.

Los resultados obtenidos en la investigación de manchas de sangre, sólo permiten afirmar la presencia de hemoglobina A humana en las muestras nº 4 del 1º envío (líquido de la cavidad torácica del cadáver nº 3), en la muestra nº 7ª del 2º envío (funda colchón), en la muestra nº 4 del 5º envío (trozo de papel higiénico encontrado en el chalet de Benaguacil).

Según los análisis del Instituto Nacional de Toxicología, únicamente había restos de esperma en la funda del colchón recogida en la caseta de Alborache. Con respecto a la sangre, solo se había detectado en la misma funda de colchón, en el líquido que los forenses habían extraído del pecho del cadáver nº 3, y en un trozo de papel higiénico que la Guardia Civil había encontrado en el chalet de Benaguacil, el mismo chalet donde el supuesto Antonio Anglés se había dejado "olvidadas" cinco fotografías.

Sin embargo, en la caseta de La Romana (donde "oficialmente" ocurrieron los hechos), en las ropas de las niñas, en la alfombra, ni en ninguna de las restantes muestras, había el menor rastro ni de esperma, ni de sangre.

En este mismo Informe, los técnicos del Instituto remitían los resultados de otro estudio:

ANÁLISIS QUÍMICO - TOXICOLÓGICO

Muestras recibidas:

Sangre hallada en cavidad torácica, vesícula biliar, estómago y objeto hallado en estómago del denominado cadáver nº 3.

Análisis solicitado:

Investigación toxicológica de alcohol en sangre, drogas de abuso en sangre, vesícula biliar y estómago, e identificación de posibles restos encontrados en estómago así como del elemento encontrado en el interior del estómago.

Análisis realizado:

Determinación de alcohol etílico en sangre.

Determinación general de drogas y en particular de opiáceos derivados de morfina, cocaína, metadona, propoxifeno, barbitúricos y diacepinas en sangre y lavados del estómago y vesícula biliar.

RESULTADOS:

Se detecta 0,48 g/l de alcohol etílico en sangre.

No se detecta ninguna de las restantes drogas analizadas.

Hay que hacer constar que dado que las muestras se encontraban en avanzado estado de putrefacción, los resultados obtenidos no son muy significativos.

En los restos encontrados en el estómago sólo se identifican ácidos grasos y grasas.

En el elemento hallado en estómago, remitido separadamente, se identifican ácidos grasos y una sustancia no identificada, pero que parece estar relacionada con las purinas.

Según los peritos, la pequeña cantidad de alcohol en sangre detectada en el cadáver nº 3, no significaba que éste se hubiera ingerido, sino que podía haber sido provocado por la propia putrefacción.

Sin embargo, no daban respuesta a uno de los interrogantes planteados por los forenses. ¿Qué era el elemento que habían encontrado en el estómago del cadáver nº 3? Según sus conclusiones "ácidos grasos y una sustancia no identificada". ¿Cómo era posible que el mejor laboratorio de España no pudiera identificar una sustancia? ¿De qué se trataba?

El último de los resultados de este tercer Informe se refería al "objeto" encontrado en el estómago del cadáver nº 3 y al "cuerpo extraño" hallado en la vagina del cadáver nº 2.

ANÁLISIS CRIMINALÍSTICO.-

Análisis solicitado:

1.- Identificación del objeto encontrado en el interior del estómago del Cadáver 3.

2.- Investigación del contenido del estómago del Cadáver 3.

3.- Investigación del cuerpo extraño hallado en el interior de la vagina del Cadáver 2.

CONCLUSIONES:

- El contenido de estómago del cadáver 3 consiste en un material constituido por ac grasos, grasa y aire, productos de la putrefacción.

- El material encontrado en el estómago del cadáver 3 contenido en el bote 7, consta de grasa, ácidos grasos, aire y una sustancia relacionada con las purinas, todo ello productos de la putrefacción.

- El material encontrado en la vagina del cadáver 2 es similar al anterior, corresponde a producto de la putrefacción.

Según Toxicología, el "objeto" y el "cuerpo extraño" eran simples productos de la putrefacción.

¿Cómo era posible que seis forenses, entre ellos dos profesores universitarios como Verdú y Villalaín, confundieran productos de la putrefacción con un "objeto" y un "cuerpo extraño"?

El 14 de mayo de 1993, Toxicología remitía al juez Bort un Informe que no había sido solitado por él, sino por el capitán Ibáñez:

INFORME: C-0766/93

RESULTADO DEL ANÁLISIS SOLICITADO POR D. SANTIAGO IBÁÑEZ GÓMEZ; 311ª COMANDANCIA (VALENCIA), UNIDAD ORGÁNICA DE POLICÍA JUDICIAL 3112101000, EN NOTA DE 19 DE FEBRERO DE 1993.

La nota decía:

"Adjunto remito a V.I., copia Informe pericial elaborado por el Instituto Nacional de Toxicología (Madrid), de las cuerdas que maniataban las niñas de Alcácer, y las de Cristina Mercedes Llorca Pastor, Sumario 5/93, que sigue el Juzgado de Instrucción número cuatro de los de Liria (Valencia), el cual fue solicitado por esta Unidad ya que el sospechoso Antonio Anglés Martins, por las fechas que apareció muerta Cristina actuaba por la zona de Liria.

Análisis solicitado:

Estudio comparativo entre las muestras.

CONCLUSIONES:

- Las cuerdas 1, 2, 3F, 4F y 24 S son de polipropileno.

- Las cuerdas 1 y 2 tienen distinto entramado que las 3F, 4F y 24 S, por lo que no han sido obtenidas de un mismo rollo de cuerda.

Los resultados del Instituto Nacional de Toxicología, ponían de manifiesto que las cuerdas halladas en la fosa donde enterraron los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, eran idénticas a las que maniataban a Cristina Llorca, una chica asesinada poco tiempo antes en Liria. Sin embargo, no habían sido "obtenidas de un mismo rollo de cuerda".

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