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viernes, abril 13, 2007

TRADICION : BRUJAS DE BARAHONA


BRUJAS DE BARAHONA

El hallazgo casual de un relato del extraordinario Diego de Torres y Villarroel (1693-1770) relativo a un aquelarre de Barahona, que transcribimos a continuación, añade un elemento más en favor de la tesis "brujeril" de Gumersindo García Berlanga, quien ya escribiera, por otra parte, sobre la ascendencia y relación soriana del Gran Piscator en un amplio artículo publicado por Soria, Hogar y Pueblo el 21 de agosto de 1988.
En dicho artículo daba a conocer algunos datos autobiográficos de Diego de Torres Villarroel, como el referido a su antepasado soriano, Francisco y Roque de Torres, que abandonó Soria ciudad y emigró a Salamanca donde tuvo fama como farmacéutico.
Otro dato seleccionado por Gumersindo García Berlanga hacía referencia al viaje que hizo el Gran Piscator de Zaragoza a Madrid, en el que hacía mención al Campo de Brujas de Barahona que atravesó durante una tormenta de verano, a la vez que habla de su relación con el "Ermitaño" Juan de Barahona, quien le confiesa en una carta que "si quieres venir a esta aldea serás regalado, que el Sr. Cura es muy aficionado a tus Pronósticos".
Gumersindo García Berlanga daba una breve referencia, por terceros, del texto que vamos a transcribir en otro artículo de Soria, Hogar y Pueblo del 28 de febrero de 1988, que tuvo su continuación el 6 de marzo de dicho año, en donde analizó exhaustivamente la leyenda de las brujas de Barahona y que constituyen una cita bibliográfica obligada para quien desee profundizar en este tema. En estos artículos García Berlanga habla del llamado Mojón de Brujas o Confesionario de las Brujas de Barahona que continúa hincado en el viejo camino que conduce al Campo de Brujas y que tiene un hueco que lo traspasa de lado a lado por donde, probablemente, metían la mano las brujas, así como un "grafitti" de una cruz en su parte superior.
Un posible signo de la existencia de brujas en Barahona lo encontraremos en el interior de la propia iglesia parroquial. Sobre el altar mayor, en el centro del retablo está situada una estatua del arcángel San Miguel derrotando al diablo, que gime a sus pies. No podía haberse escogido mejor iconografía y culto para olvidar la tradición brujeril de Barahona que ésta.
La leyenda de los aquelarres de Barahona la debió conocer Torres Villarroel entonces y sobre ella escribió largamente en el Pronóstico que sirvió para el año 1731, que dedicó a Antonio López de Zúñiga Avellaneda. Torres Villarroel tituló su relato con el nombre de Las brujas del campo de Barahona.
Dicho relato lo he hallado en el libro El diablo en España, de Francisco J. Flores Arroyuelo (Alianza Editorial, Madrid, 1985) que, a su vez, lo transcribe del libro de Torres Villarroel Extracto de los pronósticos del Gran Piscator de Salamanca desde el año 1725 hasta el 1753 (O.C.,T.X, Madrid, 1975, pág. 150 y ss.).
En el citado relato describe su paso por el Campo de Barahona hablando sobre medicina y astrología en compañía de un médico, un capellán, dos galgos y tres mulas, a la hora justa en que "las brujas salen a golosear ahorcados, espulgar calaveras, sorber niños y chupar rabos".
He aquí su fantástico relato del que tal vez se inspirase Goya (así lo afirma Julio Caro Baroja) y que demuestra, indudablemente, que se tenía por cierto, en 1731, que en la Barahona soriana hubo, en tiempos, brujas y aquelarres o sabatts. Pero antes es preciso recordar que Madoz nos informa que en medio del Campo de Barahona se veían las ruinas de un pueblo llamado Oyos "en cuyo punto existió una horca hasta el año de 1834" .

Las brujas del campo de Barahona

"...me enterró la voz en el estómago un infernal tropel de viejas todas en cueros, que danzaban en el aire, sin otro abrigo sobre sus carnes que una liga de cáñamo en las cinturas, á donde estaba ahorcado un pucherillo, rebosando pringue y ungüento. A la luz de unas moribundas candelillas que como cuernos llevan en la cabeza, se dejaban ver tan horribles que parecían precitos á medio chamuscar en las calderas de Pedro Botero, ó cuerpos chismosos á medio podrir que iban á tomar la Barca de Aqueronte. Bajaron a tierra arremolinadas, formando más estruendo que una legión de Vizcaynos, y tanto se asustaron nuestras cabalgaduras con el ruido que nos vertieron en el suelo con alguna crujía del costillage, y reconociendo por lo escandaloso del sitio que serían Brujas, nos incorporamos con menos susto y vimos que había formado la maldita tropa un círculo, cuyo horrible centro ocupaba un cabrón con dos miramelindos de Xarm en la cabeza, cabra de las ancas abajo, y el resto de catadura humana. Por aquellos campos se dejaban ver tendidos diferentes demonios en figuras de bueyes, chivos, castrones, osos y borricos, que éstos son los Martinelos o Súcubos, é Íncubos que las conducen á los conciliábulos para tener los actos torpes. Repicó el cabrón un golpe en un panderillo, y llegó una vieja arrugada tan lleno su cuerpo de rasgos, rayas y palotes, que parecía esportio de pasas de Ceclavin, el rostro empedrado de tarascadas, chirlos y roturas, como zapatos de gotoso, empañado entre un par de abarcas, que tenía por orejas, y alzándole la cola al castron, se refregó los hocicos entre los pliegues de la boca trasera del estómago, y todas las otras no hicieron más que besar. Luego que tocaron con las barbas la nefanda posteridad, empezó el cabrón á tocar, y todas las brujas (cuyos nombres son los que van escritos á la margen) bailaban á la redonda desgajándose á coces y brincos, y en cada circulo á unísonos del pandero despedían una pestífera solfa de regüeldos traidores y estornudos descaminados, más amargos á las narices que la hiel á la boca. Servia de estribillo á la hedionda música esta conterilla:
Ande la rueda,
el cuesco, el respingo,
la coz y la brega.
Cantó la primera copla el Cabrón, que era el Maestro de Capilla de aquel coro infernal, y luego siguieron todas cada cual con la suya, y al fin repetían la conterilla, haciendo torno y sonando cada vez más huecos los malditos bajones. Las coplas que se me fijaron en la memoria, son las siguientes:

Cabrón:
No todo ha de ser chupar,
brujas mías, porque quiero
que al Astrólogo embustero
se la demos á mamar:
si soplos viene á buscar
á la boca del Ayrón,
echadle con ton y son
muchos soplos de Occidente,
de modo, que airosamente
á todos mentirles pueda.
Todas:
Y ande la rueda,
el cuesco, el respingo,
la coz y la brega
Camacha:
Pues escuche sin recelo
el Lunario advenedizo,
cosas, que son un hechizo,
y estudiadas en un vuelo:
no hemos asomado al Cielo
á registrar un coluro,
y sabemos lo futuro,
que cada bruja en su armario
tiene cierto Calendario
que pronostica y enreda.
Todas:
Y ande la rueda, etc."
Quede, pues, esta referencia bibliográfica como testimonio de la veracidad de la ubicación legendaria de brujas en Barahona, y sirva también como reconocimiento a Diego de Torres Villarroel, del que se cumplió el año pasado el tercer centenario de su nacimiento en Salamanca, que pasó prácticamente inadvertido en la capital charra y fue totalmente olvidado en Soria.
Las leyendas brujeriles de Barahona, con sus enclaves: Pozos Airones, Campo de Brujas, Confesionario de las Brujas..., pueden suponer un atractivo turístico en la ruta que une Medinaceli con Berlanga de Duero, para lo cual sería conveniente una señalización de los mismos junto con la instalación "in situ" de alguna placa informativa, tras su rehabilitación y protección.
En esta promoción turística de Barahona no debería faltar tampoco la leyenda de la Varona, el texto citado de Diego Torres Villarroel y el de la obra teatral de Domingo Miras Las Brujas de Barahona que podría representarse en parte en una "Fiesta de Brujas", amén de las citas de Ortega y Gasset ("...Barahona de las Brujas, pueblo alucinado y alucinante"), Pío Baroja en la Monjita de Almazán y Benito Pérez Galdós en El Caballero Encantado ("Barahona, lugar famoso por fechorías de brujas y jugarretas de diablillos desocupados").

Historia brujeril

Vemos, pues, que existen leyendas y procesos inquisitoriales sobre algunas hechicerías y brujerías sorianas. ¿Pero qué es la brujería? ¿Quiénes fueron las brujas? ¿Corresponden a la imagen estereotipada que tenemos de ellas o tienen poco que ver con ella? ¿Fueron reales los aquelarres o sabbats en los que se armaba la marimorena en orgías, pactos diabólicos y cópulas con el mismo Satán a diestro y siniestro? ¿Volaban montadas en escobas? ¿Eran todas feas y viejas desdentadas? ¿Tenían poderes ocultos? ¿Merecían morir quemadas en la hoguera? ¿Hubo también brujos?... A estas y otras preguntas intentaremos darle cumplida respuesta hoy.
Aviso ya al lector: este artículo es desmitificador. Las brujería fue parecida a la hechicería, pero en plan colectivo. Afectó a decenas de miles de personas en toda Europa. La brujomanía originada por las bulas de diversos Papas y los libros de algunos teólogos e inquisidores creó una psicosis colectiva, término con el que se ha calificado, por ejemplo, al estado en que entró la nación alemana durante el nazismo, sólo que aquella duró varios siglos. Verdades y falsedades se entremezclaron. Intereses bastardos de los detentores del "poder" económico, político y religioso convirtieron a las brujas y brujos en chivos expiatorios de males reales o inventados.
La caza de brujas incidió especialmente en el ámbito rural y allá donde se habían dado guerras de religiones. La mayoría de los procesados, un 80%, fueron mujeres. Esta media europea baja hasta el 58% en España. Entre un 40-50 % de las personas procesadas en Europa fueron condenadas a morir en la hoguera o la horca; cifra que se rebaja muy sensiblemente en España, país en el que no existió la exacerbada brujomanía de allende los Pirineos y que fue el primero en dejar de quemar a las brujas, aunque si es cierto que prolongó mucho más en el tiempo los procesos inquisitoriales por brujería.
España se puede vanagloriar de haber contado con inquisidores racionalistas como Alonso de Salazar y Frías que, a comienzos del s. XVII, actuó practicamente como un abogado defensor de las brujas navarras, cuyo proceso afectó nada menos que a 5.000 personas acusadas. Hubo, pues, pocas muertes en España si lo comparamos con otros países europeos, y la mayoría de las veces se aplicaba - como mayor pena- el destierro durante seis años del lugar de residencia del presunto brujo o bruja.
La caza de brujas en España dependió, fundamentalmente, de la jurisdicción seglar hasta mediados del s. XVI. Los inquisidores españoles, por otra parte, eran más partidarios de las tesis de San Agustín que las de la escolástica tomista. Para San Agustín "todo esto no era más que una falacia demoníaca, siendo su rasgo fundamental el engaño, la burla de los malos y de los crédulos y la perturbación de sus sentidos", de ahí que muchos inquisidores impusieran penas en función del grado de imaginación del acusado. En cambio Santo Tomás de Aquino creía en la realidad de las brujas, demonios, íncubos y súcubos y recurría al Exodo (XXII, 18) que manifestaba : "no dejarás con vida a la bruja".
Resumiendo "Los inquisidores españoles eran conscientes, en definitiva, de una realidad indiscutible: las raíces de muchos de los actos brujeriles radicaban en la pésima cristianización, en la suprema ignorancia de toda formación religiosa que caracterizaba a determinados ámbitos geográficos, como el aislado País Vasco", ha manifestado Ricardo García Cárcel.

Acusaciones

En el siglo XIII una cruzada de sangre y fuego destrozó la civilización occitana del Midi francés estrangulando toda una cultura y quemando cátaros y valdenses a diestro y siniestro. Estas dos herejías eran dualistas y, según Julio Caro Baroja, la doctrina inquisitorial sobre los cátaros, en concreto, fue determinante en la doctrina escolástica sobre la brujería . Muchas acusaciones infundadas realizadas contra los cátaros -como sucedería después con el Temple- fueron aplicadas a los practicantes de brujería.
Se da el caso, incluso, de ser Carcasona y Tolosa -ciudades importantísimas para el catarismo- los lugares en los que aparecieron por vez primera en Europa el término Sabbat, en unos procesos brujeriles realizados entre 1330 y 1340. En las declaraciones de dos de las procesadas reapareció la teoría dualista cátara y se hablaba de las ceremonias nocherniegas colectivas en torno al diablo en forma de macho cabrío; ritual que en España lo conocemos con el nombre de aquelarre.
En 1580 se publicó en Francia un famoso libro sobre demonología escrito por el letrado de Toulouse Jean Bodin, en el que venía a decir que el diablo era el mismo en todas las partes y que los "sabbat" eran similares igualmente. Allí acusaba a los brujos y brujas de los siguientes quince crímenes: renegar de dios; maldecirle y blasfemar; homenajear al demonio, adorándole y sacrificando en su honor; dedicarle los hijos; matarlos antes de ser bautizados; consagrarlos a Satanás en el vientre de sus madres; hacer propaganda de la secta; jurar en nombre del diablo en signo de honor; cometer incesto; matar a sus semejantes y a los niños pequeños para hacer cocimiento; comer carne humana y beber sangre desenterrando a los muertos; matar, por medio de venenos y sortilegios; matar ganado; causar la esterilidad en los campos y el hambre en los países, y copular con el demonio.
Bodin, sin duda, conocería la bula de Inocencio VII, "Summis desideratis affectibus", de 1484, en la que decía lo siguiente: "Ha llegado a nuestros oídos que gran número de personas de ambos sexos no evitan el fornicar con los demonios, íncubos y súcubos; y que mediante sus brujerías, hechizos y conjuros, sofocan, extinguen y hacen perecer la fecundidad de las mujeres, la propagación de los animales, la mies de la tierra...".
Conocería también las bula antibrujeril del supersticioso Juan XXII, "Super illius specula" (1326). Y se habría leído varias veces, sin duda, el mayor "best-seller" antibrujeril, "Martillo de Herejes", de Sprenger y Kraemer, publicado en 1468, del que se vendieron 231.600 ejemplares tan solo en la Alemania de la segunda mitad del s. XVI. Este libro "fue la fuente principal en la que bebieron la mayor parte de cuantos con posterioridad abordaron estos temas".
Julio ha dejado bien claro que el hecho histórico de la brujería gira en torno a emociones y creencias, "porque lo que sabemos se funda, preferentemente, no en lo que los brujos y brujas creen, sino en lo que creen de ellos otras personas". Y bien sabemos que la tortura hace confesar a cualquiera lo que el torturador quiere que diga. La tortura a un presunto practicante de brujería originaba una cadena casi imparable de brujas y brujos que, a su vez, acusaban a sus amigos, familiares y conocidos de brujos y brujas..., y así hasta que el inquisidor o juez quisiera parar.

La bruja

Para Julio Caro Baroja "la bruja real, truculenta y alocada, debió ser con frecuencia una mujer borracha que producía risa y miedo, o las dos cosas a la par, en personas sencillas y cuyos instintos y emociones no estaban tan ordenados como en un tratado de Psicología (...) La bruja rural, vieja más veces que joven, al margen de la sociedad, temida y despreciada, parece ser una mujer nerviosa, sujeta a grandes crisis, que tiene en su haber unos conocimientos limitados de curandera, emplastera, saludadora, que practica a veces la adivinación y que acaso busca el consuelo en los paraísos artificiales que la flora europea le puede suministrar".
Las brujas y brujos, lejos de ser adoradores de Satán y de mantener relaciones sexuales con demonios, tenían como misión la curación de enfermedades, generar ilusiones e incrementar las relaciones sexuales actuando como "celestinas" muchas veces y preparando afrodisíacos.
La brujología ha dado diversas interpretaciones al fenómeno de la brujería y de la brujomanía. Que cada lector se quede con la que más le convenza o que junte todas y las una, que será quizás lo más acertado. A las opiniones ya dadas en los párrafos últimos hay que agregar la vinculada a la psiquiatría: la brujería fue una forma de locura contagiosa, colectiva, para los psiquiatras de la primera mitad de siglo; neurosis demoníaca la calificaron otros psiquiatras a mitad de siglo y Charcot se atrevió a llamarla histerismo. Yo, por mi parte, siguiendo a Jung, considero que fue una psicosis colectiva provocada por la constelización de diversos arquetipos vinculados al dios cornudo, a la Gran Diosa Madre y a la sexualidad reprimida.
Margaret Murray decía que la brujería era el último resto del culto a Diana o a la Gran Diosa, y que se evidenciaba un culto ancestral al dios cornudo (Pan, Sebazius, Baco, Dionisos, Cernunnos, Apolo Karneio, Faunos y Sátiros...), en el que el simbolismo fecundador del falo no anda lejos.
Julio Caro Baroja, por su parte, considera que lo más prudente es buscar antecedentes históricos directos "en el culto a ciertas divinidades femeninas del paganismo europeo de un lado y de otro en la demonología de origen medieval".
Hay quien considera que la brujomanía fue un error judicial pantagruélico originado por abusos del poder. Los hay que opinan que las brujas pasaron a ser la cabeza de turco, el chivo expiatorio escogido por el poder para relajar las tensiones sociales y destacan el hecho histórico del triunfo del absolutismo con la desaparición de las cazas de brujas y de los levantamientos populares.

Sexo

El esoterista Julius Evola, en su impresionante "Metafísica del sexo", dedica unas páginas a los aquelarres. Es opinión generalizada hoy que las brujas utilizaban ungüentos y pócimas elaboradas con estupefacientes, sobre todo de la familia de las solanáceas (belladona, beleño, estramonio...) que provocaban un estado alterado de conciencia con ensoñaciones brujeriles al entrar en el sueño profundo. Julius Evola sugiere la posibilidad de que se diera, en algunos casos, el fenómeno paranormal de la bilocación, tan frecuente, por otra parte, entre algunos santos.
Dice Evola que los alucinógenos del sabbat tenían un doble efecto: "por una parte provocaban un sueño profundo y la liberación de la fuerza plástica de la imaginación para la producción de imágenes de sueños lúcidos y de visiones; de otro lado, el despertar de la fuerza elemental del sexo y su activación sobre ese plano estático-visionario e imaginativo".
El ritual era importante a la hora de tomar los filtros y ungüentos y de pronunciar ciertas fórmulas. Accedían por medio de ello a "una corriente psíquica colectiva, en la que cada individualidad estaba inserta en el acto mismo de agregarse a los grupos que se entregaban a estas prácticas, de ahí la gran concordancia existente entre las experiencias fundamentales".
Evola indica igualmente que no debe excluirse que, en la Edad Media, persistiesen todavía rituales ancestrales, extáticos, que culminaban en actos sexuales de carácter sacro, puesto que "las evocaciones del Sabbat se tratan esencialmente de evocaciones turbias de arquetipos y de situaciones rituales justamente relacionadas con cultos antiguos", cultos que nos retrotraen al "desencadenamiento dionisíaco y a los antiguos ritos de iniciación erótico orgíacos". Asimismo ve en el macho cabrío el retorno del animal sagrado simbólico, simbolizado especialmente por Pan y Dionisos.

1 comentario:

DEMETRIOZ dijo...

CONMOCION EN SALTA, ARGENTINA POR LAS MALDICIONES DE UN CONCEJAL ESOTERICO:

Guillermo Capellán, siendo Presidente de la Comisión de Hacienda, quiso cobrar los impuestos al hermano del Alcalde/Intendente Alejandro San Millán, Antonio San Millán.

Ellos contrataron al Abogado Roberto Elio Gareca y el letrado a su vez contrató a un delincuente juvenil, Rodrigo Chavarría (taxi-boy menor de edad que conoció en el Parque San Martín de la Ciudad de Salta) y lo denunciaron por violación.

Capellán estuvo 101 días preso y desde la cárcel vaticinó que saldría el día de la Lealtad Peronista, horas más horas menos salió en la madrugada del 18 de Octubre de 2003. Todos se burlaban del Concejal Esotérico. "Quienes participaron en el complot pagarán lo que me hicieron"

"A mi me destituyeron entonces el Juez se irá". A los seis meses abogados de la Ciudad de Salta pidieron Juicio Político al Juez de la causa, Luis María Agüero Molina lo destituyeron por motivos ajenos al edil ocultista.

"Rodrigo Chavarría, pupilo de Roberto Gareca, hizo una denuncia falsa siendo menor de edad y eso es delito, cuando sea mayor vivirá preso". Chavarría siendo mayor cometió una estafa y fue condenado por un año, quedó en libertad condicional y a los tres meses cayó nuevamente en manos de la Justicia Federal por "Usurpación de Títulos y Honores y Estafa" y sigue preso.

"Destruyeron mi vida, y él participó en el estrépito mediático un empresario de medios y publicidad, yo lo escuchaba desde mi celda decir cosas espantosas... tendrá su merecido" El empresario al que se refería el Concejal Ocultista sería Julio Castillo a quien lo internaron en una clínica con un fuerte dolor de cabeza, se le declaró un tumor cerebral fulminante y murió en horas.

"En el Diario El Tribuno se ensañaron conmigo y el Abogado Gareca publica todas las barbaridades que quiere porque su hermano es el Jefe de Redacción de Noticias Policiales en ese matutino... no importa, ya llegará el día..." Se refería al periodista Sergio Alberto Gareca a quien le descubrienron un cáncer galopante y murió en poco tiempo.

La predicción o "maldición" más dura y contundente del Concejal Astrólogo y Esotérico es cuando vaticinó: "Los San Millán pagarán con lágrimas de sangre lo que me hicieron" Inexplicablemente, el hijo de Antonio San Millán de 16 años murió aplastado por una cortadora de cesped minitractor.
"Siguen haciendome daño por lo tanto siguen acumulando desgracias" En esta frase se refiere elipticamente al Empresario-locutor Martin Grande y al Abogado Roberto Elio Gareca sindicados como los principales responsable de la conspiración por cuanto el presunto violado y delincuente Rodrigo Chavarría los sindicó en su confesión como los autores ideológicos de la denuncia contra Guillermo Capellán.

Con respecto a ellos el Esotérico Edil dijo: "tengo todo el tiempo del mundo para verlos caer, ellos son las frutillas del postre"
Salta es la capital turísitica de todo el Norte de Argentina donde viven 600.000 habitantes y en todos los rincones de la Ciudad se comenta: "Las Maldiciones del Concejal Capellán se están cumpliendo".

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