La fiscal ha elevado hoy hasta casi 105 años de cárcel su petición de condena para Pedro Jiménez, acusado del asesinato de dos policías en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), y ha pedido un veredicto de culpabilidad contra quien, en su opinión, es un "peligro" para la sociedad y las mujeres.
En la Audiencia de Barcelona ha quedado hoy visto para sentencia el juicio contra Pedro Jiménez, a quien los forenses tildaron de psicópata sin perspectivas de reinserción y que hoy, en la prueba documental, ha escuchado un indicio más en su contra: una redacción incautada en su celda en la que el procesado recrea la "sensación de poder" que sentía al violar a una mujer.
En su segundo juicio por el doble crimen de Bellvitge, después de que el Tribunal Supremo anulara la primera condena al considerar que los hechos eran competencia de un jurado popular, Jiménez ha aprovechado su derecho a la última palabra para insistir en que, aunque no está orgulloso de su pasado, "esta vez" no ha hecho nada.
La Fiscalía pide casi 105 años de prisión contra el doble homicida, tras modificar ligeramente sus conclusiones provisionales y elevar en dos años su propuesta de condena, por la aplicación de la agravante de reincidencia en el delito de robo con violencia.
Después de enumerar ante el tribunal los trece indicios que, en su opinión, incriminan a Pedro Jiménez, la fiscal ha recordado que el procesado no es un drogadicto, pese a consumir esporádicamente cocaína, ni un enfermo mental, sino que sufre un trastorno psicopático que no es más que un "modo de ser", de la misma manera que otras personas son "simpáticas, bondadosas u ordenadas".
En este sentido, la fiscal, Teresa Yoldi, ha pedido un veredicto de culpabilidad para quien, en su opinión, es "un peligro", ya que en todos los permisos penitenciarios que se le han concedido desde que ingresó en prisión a los 16 años "ha robado, ha violado, ha atentado contra la dignidad y ha humillado a las mujeres".
Teresa Yoldi ha resaltado en sus informes la "brutalidad y perversidad" de los asesinatos de las dos policías, que en su opinión murieron tras "un sufrimiento, un padecimiento y una agonía" aumentados por el hecho de encontrarse atadas y amordazadas, lo que las situaba al borde de la asfixia.
"Intenten ponerse en el lugar de las víctimas", ha pedido la fiscal al tribunal popular, tras evocar el sufrimiento que debieron sentir las policías al ser conscientes, cada una de ellas, de que su compañera estaba en una situación similar en la habitación contigua.
El abogado de Pedro Jiménez, por su parte, ha insistido en su versión de que el doble crimen no lo pudo cometer el acusado en solitario, dado su débil complexión, y ha denunciado que por los asesinatos "se está juzgado a un cabeza de turco".
En la última sesión del juicio, a la espera de que el jurado emita su sentencia, se ha leído íntegramente una redacción que se incautó a Pedro Jiménez en su celda en prisión en la que el acusado recrea la "sensación de poder y hastío" que sentía mientras violaba a una mujer y el "rostro de terror" de la víctima.
Pedro Jiménez fue interrogado ya la semana pasada por esa redacción, escrita antes del doble crimen, y aseguró que se trataba de un texto donde maximizaba un delito que había cometido en el pasado y, en definitiva, una "ida de la olla".
En el escrito, Pedro Jiménez relata cómo, tras pasar la noche de fiesta con "unas amigas", aborda a una chica que ve por la calle, cargada con la compra.
"Pensé: puede ser fácil y rápido", prosigue la redacción, en la que el acusado narra cómo persigue a la chica y la intimida con una navaja, mientras describe la "sensación de rabia" y de ira que se va apoderando de él cuando la mujer le pide clemencia.
De esa manera, consigue entrar en casa de la víctima y, de un empujón, la tira al suelo, lo que provoca que la chica se eche a llorar. "La idea de joderle la vida se va apoderando de mí con más fuerza", prosigue el escrito de Pedro Jiménez.
"Le dije tú te lo has buscado, ahora sabrás lo que es un hombre", cuenta en su espeluznante redacción el acusado del doble crimen de Bellvitge, que continúa el escrito narrando con detalle cómo arrastra a la chica a su habitación, le arranca la ropa y, mientras amenaza con matarla, "consuma la relación".
El escrito resalta el "rostro de terror" de la víctima y la "sensación de poder y hastío" que inunda a Pedro Jiménez durante la violación.
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